martes, 2 de septiembre de 2008

En diez minutos

¿Podía deducir, ya que lo mencionaba con tanta insistencia, que estaba en Nueva York? ¿Era de una vanidad tal que creía que ofreciéndome pistas como "Times" o "nyc" lograría sería capaz de descubrir y envidiar que estaba en Nueva York? ¿A quién coño le gustaría estar ahora mismo en Nueva York? ¿Por qué mencionar las palabras Nueva y York sigue ejerciendo sobre la mente del receptor la tan incendiaria, inútil y falsa percepción del prestigio como motivo de éxito, o viceversa? Ciertamente, la ciudad de Nueva York evoca el sueño, pero titulizado en manos de compañías como Morgan Stanley o Deloitte. La maquinaria comunicativa estadounidense parece seguir logrando inculcar el mensaje: U.S.A. , land of the free. Luego, nosotros determinaremos quién entra y bajo qué condiciones. También hay esquinas y zonas oscuras en la ciudad de Nueva York. ¿Adicta al crack en Nueva York? ¿En un loft de Nueva York? ¿Prostituída en Nueva York? La imaginación trabaja a la vez que propaga la imaginería sobre calles y locales de Nueva York. ¿Barcelona tal vez? ¿Berlín? Un fantasma en un mundo poblado de sombras, donde todo es confuso y lo único real y estable es el fuerte latido desde el interior de un tanque hundido bajo tierra. Es hora de callar; será mejor para todos.

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