jueves, 9 de octubre de 2008

domingo, 5 de octubre de 2008

De series

The Sopranos, Carnivale, Six Feet Under, Madmen, The office, Lost, The Wire... Todas ellas grandes series y alabadas (alguno casi agradece que proyectos tan buenos puedan llegar a plantearse, escribirse y desarrollarse). No debemos caer en el error de rendir devoción a tal o cual producto. Inestimable la labor de muchos de los grandes escritores americanos (y no tanto) de nuestro tiempo, vemos que la literatura se abre camino a través de las pantallas de televisión. El teatro, antaño espectáculo por referencia, sustituido posteriormente por el Cabaret y los Musicales - curioso que uno de ellos tome prestado su nombre - resurge entre los diálogos de un James Gandolfini actor que representa a la perfección su papel de Tony Soprano.
Detrás de las series encontramos grandes empresas, inversores, grupos de interés, políticos, asesores, consultores, agencias de diseño y publicidad, estudios de mercado, entusiastas, artistas, generadores de opinión, peces gordos, drogodependientes, grandes estrellas, egos desmesurados, complejos de inferioridad, nurosis varias, algún que otro psicópata, pasiones, historias inacabadas y muerte. Sí, lo de las series es también una compleja industria.
La expresión cultural determinada por el espectador o, dicho de otro modo, dictadura del consumidor. Power to the peolpe." A mi no me gusta esta serie, por tanto, no pienso verla. Prefiero esa de los vaqueros; la del Oeste" Muy bien señora, su hijo prefiere ver la de la oficina cachonda. "Pues yo prefiero la de isla; nunca sabes lo que va a pasar" En efecto caballero, esa es la idea. Caótico, as always. Me vienen a la cabeza varios títulos best-seller: La catedral del Mal, Barcelona, qué hermosa eres y El infante que chamuscó su pijama de Mickey en el horno al intentar secarlo. "Me ha encantado, lo que pasa es que es muy corto. ¿Habrá material para hacer una película?" "Yo voy a verla" "Yo también" "Yo no, prefiero una filipina en el Renoir" Señores, no se preocupen, que hay para todos los gustos.
700.000 (aproximadamente) millones de dólares para salvar a los pobres a través de los ricos. "Dios, y para eso me tiro toda la vida trabajando, para que unos sinvergüenzas que se apuestan el dinero y que encima, viven mejor que nadie (vulgarmente, como reyes) sigan viviendo "a todo tren"? Sí, señor, y además los indemnizan. Bufetes, contratos, asesores, acuerdos prematrimonuiales, dineros y "ja, ja, eres pobre". "¿Selvesa?" No gracias, tengo que irme a casa. Mañana tal vez...

martes, 30 de septiembre de 2008

Wie einst Lili Marleen

Marido y mujer, frente a frente; lirios bajo la luz de una farola. Ella lo retaba. " Resulta irónico, ¿no crees?". El joven contemplaba, atónito, los contrastes de su cara. "No eres tú, no eres tú", repetía. "Fe y razón, saber, ciencia, la densa capa de niebla que nos rodea. El misterio..." Su cabeza, ligeramente inclinada, colgaba sobre sus hombros. Mientras, la crecida del río empapaba la ropa del nonato muerto, esparciendo su sangre, tiñendo las rocas." Siempre presto atención a los detalles más insignificantes; por ejemplo, no puedo evitar quedarme embobada cada vez que gesticulas. Eres tan expresivo..."

El horror y el pánico azotaban la mente del muchacho, incapaz de comprender aquella retórica. El caudal y la fuerza del agua lograrían desprender el cadaver, atrapado por un ovillo de ramas. "Si no hacemos algo, lo arrastrará la corriente y será imposible recuperarlo", dijo el joven. "¿Qué más podríamos hacer por él?, respondió la esposa. "Diremos que ha sido un accidente, que paseábamos... Se acercó, para ver los peces y resbaló; no sabrán nada..." Sus manos temblaban inquietas. Ella, por el contrario, sujetaba el arma con firmeza. "¿Qué quieres?". Alterado, el joven se arrodilló, exigiendo su asesinato. Lo miró y presurosa dirigió su mano izquierda hacia el bolso. Hurgó hasta conseguir una botella. "Salud, compañero", dijo mientras la alzaba. El líquido se extendió rápidamente por su barbilla; finos hilos ensuciaron su blusa. Acto seguido, la botella estallaba contra el suelo. "Hay que tener cuidado con la caída; debemos reconocer cuándo y comprender por qué la tierra llama". Se aproximaba al borde; la distancia entre su cuerpo y el río cada vez más estrecha. "He recogido y limpiado la casa; no permitas que la invadan las ratas".

Pudo comprobar, a lo largo de esa interminable pasarela, cómo su alma se desvanecía entre sollozos. En efecto, la casa estaba limpia. Su piel había comenzado a agrietarse.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Entrevista a Jan Estupdcek

E – ¿Auto-crítica sí o no?

JE – Auto-crítica, pero relativizada.

E - ¿En qué piensa cuando escribe?

JE - Sinceramente, no pienso. La sensación es de vacío, un vacío total. No pienso, únicamente cumplo un deber.

E - Venga, eso es imposible

JE -Por muy increíble que te pueda parecer, es la verdad. El resto lo consiguen las interpretaciones. Nunca he conseguido elaborar un guión. Al principio, lo confieso, me angustiaba. Partía de la idea de que la obra requería un planteamiento previo, un proceso de elaboración, una coherencia. Pasito a paso. Un día descubres que un libro no es un pastel y ahí te das cuenta de la importancia del valor supremo. Y de lo insignificante que eres, por supuesto.

E - Entonces, ¿su escritura no pretende…?

JE - Ningún escritor debería pretender nada. Resulta una tarea inútil. No es posible definir qué es o cuál es la finalidad de la literatura. Se conoce y se estudia, pero nunca es comprensible en su totalidad. ¿Parcialmente? Es posible, pero eso a su vez supone cometer otro error. Si eres capaz de asumirlo y asimilarlo como inevitable, has recorrido gran parte del camino. En caso contrario, aprende a disfrutar del fracaso. Vas a tener que acostumbrarte…

E - ¿Se considera un fracasado?

JE - Todos los somos, en parte. Quizá lo que algunos consideran fracaso otros lo vemos como un éxito. Es discutible. El fracaso no es más que otro de los temores más primitivos del ser humano. Fracasar conlleva desaparecer. Todos tenemos derecho a la vida; y sólo algunos están dispuestos a morir.

E - De los condenados no hablamos, ¿no?

JE - Ellos son los que con más firmeza se agarran a la vida. Para ellos supone un privilegio. En cambio, nosotros la consideramos algo básico. Cuanto más alejados nos situamos, más cruel se torna. Es un fallo imperdonable que agrava las consecuencias. Morir es algo inevitable. No importa cuánto investiguemos, creemos o trabajemos. La vieja siempre está ahí, aguardando pacientemente.

E - ¿Cree que el ocio ha devorado a la paciencia?

JE - Depende del tipo de ocio al que te estés refiriendo. El ocio no es algo estático, no es personal. El ocio supone, al fin y al cabo, actividad. No importa a qué dediques el tiempo. Desconectar, por utilizar un término actual, exige esfuerzo. El ocio permite que el aspecto lúdico del hombre salga a escena, que depende de la concepción que el individuo haya formulado respecto a la vida. Los ricos viven muy alejados de la realidad, pero muy inmersos en la suya propia. Los pobres, a su vez, creen estar rayándola constantemente. Cada individuo entiende el ocio según su circunstancia. Así, para alguien ocupado, el ocio se remite a ese tiempo en que la actividad cesa. Para el ocioso, no es más que una carga. Si el ocio no fuera rentable nuestro modelo de sociedad sería insostenible.

E - ¿No cree que el modelo actual es, en sí, insostenible?

JE - Al menos, no lo será durante los próximos veinte años (Risas). La paranoia, unida a un sistema capitalista, y perdón por ponerme Foucaltiano, ha nublado nuestra percepción. Transmutando un instinto básico, como es el caso de la supervivencia, en una necesidad logra hacer de ésta un mercado muy interesante y extremadamente volátil. Esto transforma el riesgo implícito en oportunidades, que muy pocos saben aprovechar o incluso encontrar. El ser paranoico y su radio de acción se reduce al ámbito de lo privado, de lo interesante, de lo que vende. Así, el ser paranoico es un ser falto de toda creatividad y las únicas expresiones de ésta que es capaz de ofrecer se encuadran dentro de un reducto limitado al designio de otros. Así, seres paranoicos que crean para que otros seres paranoicos consuman su creación. Es triste ver cómo cada día nos resulta más difícil expresarnos a través de la palabra. La realidad se compone de retazos, a veces inconexos, de otras realidades. La linealidad no tiene sentido. Tampoco interés. No tenemos tiempo para disfrutar de ella. Es una lástima.

E - Su estilo no constituye un paradigma de linealidad, precisamente…

JE - Por ello mismo he conseguido llegar a un mayor número de lectores. Mi obligación es la de transmitir, ni más ni menos. ¿Cómo transmitir? Para mí, la forma no tiene la menor importancia; es superflua. Lo relevante de un texto es el mensaje, el contenido, las ideas, no su aspecto. El valor de éstas es lo que logra que perduren. En el fondo, no soy más que otro ser paranoico que actúa como tal. La diferencia radica en que lo tengo asumido y sufro por ello. Quiero que la gente experimente ese sufrimiento.

E - ¿El dolor como cura? ¿Considera eso ético?

JE - El sufrimiento como medio, un trámite hacia la redención.¿El problema? No es rentable. La Biblia se lee poco y mal. Parece ser que "el Corán" mola más.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Tradición versus innovación

Rasque y ...

Nos consuela pensar que detrás de un rostro podemos encontrar una persona. En cambio, genera pavor, incredulidad e indignación aceptar que algo así pueda llegar a no ser cierto, al menos no serlo según nuestra concepción de lo que supone o exige la certeza. La postura reduccionista a a la que cada ciudadano debe adaptar su consciencia delimita su percepción y logra, una vez más, orientarlo hacia la consecución de conclusiones, pudiendo ser estas correctas o no, dependiendo su validez de la circunstancia que las rodea, así como del individuo que se atreva a plantearlas.
El ser que puebla el mundo desarrollado necesita, cada vez con mayor urgencia, respuestas sencillas y rápidas. Por y para ello alberga esperanzas; confía en que pueda producirse un cambio. De esta necesidad de cambio surge una visión optimista o esperanzada de la realidad. El triunfo de la técnica supuso para el hombre la obligación de otorgar a sus semejantes la cualidad de "persona apta y capacitada" para imponer la justicia y ésta, de nuevo, al igual que una necesidad, se ve transformada en algo forzoso. Los Justos dictaminan las normas y esas normas no siempre logran satisfacer. Las discrepancias llegan cuando esa norma intenta imponerse sobre normas ajenas. La norma depende de varios factores. Entre ellos destacan el cultural y el socieconómico. La relación entre ellos es de interdependencia y se ve respaldada por otros, derivados. El panorama actual, al menos en lo que respecta a las relaciones comerciales, es la no existencia de barreras que limiten o encarezcan el viaje. No hay más que rascar un poco la superficie para comprobar que es falso. ¿Cuál es el problema? Es sencillo: no interesa rascar. El coste que acarrea rascar supera al que ofrece el hecho de no rascar. Una interesante imagen viene a mi cabeza: los boletos, algunos premiados, basados en el hecho de descubrir la posible sorpresa, designada premio. Rasque y gane. El nombre que reciben, "Rasca y gana", anima a rascar. "Caray, si rasco puedo ganar hasta 1,000.000 de ..." baths, euros, rupias, o cualquier otra divisa. La realidad, bien conocida por todos, leyendo entre líneas, se traduce como "Rasque; es muy probable que termine perdiendo". La pérdida no se limita a la cuantía del premio no obtenido o al dinero invertido. La pérdida, si tenemos en cuenta lo no ganado, se eleva a una cantidad mucho mayor, casi incalculable; se eleva al valor de la propia vida, arrastra por el suelo al sueño, lo machaca aún más, transfigurándolo. Un comportamiento estrictamente racional descartaría estos mecanismos para llegar a ser.
La emotividad, así como la falta de certeza de una población civil cada vez más confusa, es conmovedora. La gente, coloquialmente hablando, lo único que quiere es sentirse querida, notar en su propia carne que alguien sería capaz de dedicar su vida exclusivamente a él. El inconveniente de un narcisismo excesivo no radica en que uno se torne egoísta, hostil, misántropo o violento. La consecuencia más grave de la actitud narcisista es la extrema dependencia que genera en torno al sujeto que lo padece, lo débil y vulnerable que lo vuelve. Todos pretenden acabar con el vampiro.
Comprender por qué no podemos aceptar el hecho de que sea un proceso aquello que engloba otras realidades y conexiones aún más complejas - cuyo interés lo fija un mercado (nosotros) - y que precede al mensaje, es crucial para poder distinguir en qué consiste aquello que realmente necesitamos.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Ascenso, descenso, turba popular

Entre varios portaban escaleras enormes. Creí estar contemplando un espectáculo circense. Recuerdo haber llegado a sentirme afortunado, casi conmovido; lo gratuito, normalmente, suele verse acompasado por una serie de arrebatos cuya violencia, aberrante y a menudo pueril, resulta insoportable. Algunas personas deciden obviar el sobreprecio, pero ahí está. Siempre se paga.

Debido al peso y a la irregularidad del terreno, tropezaban, desequilibrando al compañero. Consecuentemente, la carga chocaba contra el suelo, emitiendo un sonido hueco. La sarta de insultos terminaba en carcajadas y suspiros. Los presentes parecían conocerse.

La jornada amanecería abanderada, con las farolas portando el estandarte del Ayuntamiento: el cartel ganador de un certamen organizado por éste. Las fiestas del barrio estaban a punto de comenzar. Era necesario hacer partícipe a la población, anunciar la oportunidad de reencontrarse con la tradición. Resultaba curioso ver cómo los parques se poblaban de seres diminutos, excesivamente alterados y ruidosos. ¿Una salida, tal vez? Lo más común era cosechar una victoria vomitando los excesos en cualquier lugar; algunos incluso lo hacían sobre sus parejas. Los artistas, contratados hacía meses, poco o nada tenían que ver con la desgracia de estas pobres gentes. Alguno se veía obligado a abandonar el escenario vilipendiado a tomatazos; algo malo habría hecho.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Vuelta a casa

De nuevo en el Metro. Los dos. Habíamos adquirido la fea costumbre. Ella no necesitaba el transporte público; tenía un híbrido capaz de llevarnos a cualquier lugar. A través de estudios y contando con una ligera experiencia, se logra que la publicidad comunique. El resto lo consigue la tristeza del receptor. Yo sí que precisaba viajar con los pobres. En el vagón, notaba cómo se ofendía, rehuyendo las poco sutiles y cobardes miradas con las que algunos se empeñaban en cercar aún más su condición de hombre. No estaba acostumbrada a ese tipo de cosas. Salen del trabajo, una mujer en ocasiones desagradable, algún querubín; la casa exige y aguarda pacientemente. Su hogar, reducto de paz y esperanza, se torna gris, mugriento, tambaleado por indistintos aportes y excesos. Grasa y lava. Alguna lesbiana también se percata. Un muchacho negro ni siquiera se atreve, encontrando consuelo en sus zapatillas donde, algunos hilos de caucho, como flechas, apuntan a los claroscuros de la pobreza. Convierto en mi fuerte el espacio reservado para discapacitados, un oasis libre de moscones. Desde ahí tomo distancia. Analizo. Perdedor tras perdedor, mi reflejo muestra unas entradas prominentes. Disimularlo constituye una tarea inútil y patética. Intento prestar atención a lo que dice. Parece estar hablando del Plan. Creo haber entendido algo acerca de los objetivos. "No son realistas", dice; "es imposible cuantificarlos de forma objetiva, no tienen base empírica". Asiento. La carpeta no puede ocultar un pecho voluminoso y firme. Muchos de los presentes, aunque envidiosos, logran motivarse pensando que nuestra relación se erige en torno a temas de índole laboral. Otro más... En parte, tienen razón. En parte, también son individuos frustrados y miserables incapaces de percibir matices entre coño y vagina. La pornografía es para aquellos que han fracasado; se nutre de ellos, consumiéndolos. No es extraño que muchos se muestren tristes y abúlicos. Sus caras reflejan un vacío y ese vacío no se llena con bienes. Tampoco con sensaciones; algo más se vuelve necesario, y son pocos los que están en condiciones para encontrarlo.


martes, 2 de septiembre de 2008

Minorities

En diez minutos

¿Podía deducir, ya que lo mencionaba con tanta insistencia, que estaba en Nueva York? ¿Era de una vanidad tal que creía que ofreciéndome pistas como "Times" o "nyc" lograría sería capaz de descubrir y envidiar que estaba en Nueva York? ¿A quién coño le gustaría estar ahora mismo en Nueva York? ¿Por qué mencionar las palabras Nueva y York sigue ejerciendo sobre la mente del receptor la tan incendiaria, inútil y falsa percepción del prestigio como motivo de éxito, o viceversa? Ciertamente, la ciudad de Nueva York evoca el sueño, pero titulizado en manos de compañías como Morgan Stanley o Deloitte. La maquinaria comunicativa estadounidense parece seguir logrando inculcar el mensaje: U.S.A. , land of the free. Luego, nosotros determinaremos quién entra y bajo qué condiciones. También hay esquinas y zonas oscuras en la ciudad de Nueva York. ¿Adicta al crack en Nueva York? ¿En un loft de Nueva York? ¿Prostituída en Nueva York? La imaginación trabaja a la vez que propaga la imaginería sobre calles y locales de Nueva York. ¿Barcelona tal vez? ¿Berlín? Un fantasma en un mundo poblado de sombras, donde todo es confuso y lo único real y estable es el fuerte latido desde el interior de un tanque hundido bajo tierra. Es hora de callar; será mejor para todos.

lunes, 1 de septiembre de 2008

¿Estás ahí?

Necesito que vuelvas. Ya me he hecho tres tajos y no sé si el cuarto será el último. Estoy muy asustado. No, no estoy mareado. ¿Qué? Sí, el de siempre. ¿Gasas? Te necesito aquí, no unas putas gasas. ¿Crees que hago esto para impresionar a alguien? No joder ...Ya, ya lo sé, no soy idiota joder. Pues si tanto me quieres y tanto daño me hago, ¿por qué cojones no estás cogiendo un taxi? ¿Cómo? ¿Cuánta sangre? Bastante. El pasillo, y el lavabo.También un poco el mueble. No me digas que me tranquilice, coño. Siempre la puta historia. ¿En serio? ¿Lo dices en serio? ¿Por cuánto? Joder, sí señor. Mierda, con la emoción acabo de manchar la alfombra. No coño, la gris. ¿Por? Se limpia y ya está, no hay porqué tirarla. Pues se lleva a la tintorería. Bueno, con eso tenemos al menos para dos meses. No, ahora no. Ni de coña.No puedes hacerme eso. Ahora no. Pasamos un poco, tranquis, y luego adiós. Con la pasta que nos quede plantamos un huertito y a vivir. Yo sí que estoy cansado, pero ahora no lo puedo dejar. ¿Para qué coño me he cortado entonces? Ya sabes que sé exactamente dónde hay que hacerlo. ¿Huevos? No, por huevos no es. El hombre..., el hombre... . Mierda al hombre; yo engullí al hombre. Después absorbí los jugos de su cabeza, como a una gamba. Na, poca cosa. Algo pero... En serio, necesito que vengas, ¿vas a venir? Pues que les follen. Los odias, siempre lo dices. Si algun día tuviera... bla bla bla. No eres más que una mierda. ¿Y qué? Pues dices: adiós, un placer, disfrutad de vuestras garantías sociales. Muak, muak. Ya no volveré a oler tu perfume barato, puta. Espero que vuelvan a desgarrarte el culo. Muak, muak. Buaj, lávate cabrón; te llevo viendo con el mismo traje tres años. Pirurí, coges el asecensor, abres la puerta y a casita, con tu amor. Además, fíjate qué recibimiento; totalmente mullidito, como a ti te gusta, un osito grande y rojo. ¿Vino? Keine Ahnung. Espera, que miro. Hay rosado, dos botellas, y una de cava. Suficiente. Como tu vulva caliente. Sí, pure inspiration. Ven, porfi. No me lo creo; rechazas mi propuesta.Eres mala. Estoy solo, esperándote, tirado en el suelo con la mano en el nabo y sí, uhm, me acaricio. No son tonterías, lo estoy haciendo de verdad. ¿Por qué no te animas? Podríamos pasarlo bien... Así tendías una escusa para salir de ahí. Pues me la sudan las cortinas de tu despacho. De hecho, me la suda tu despacho. Y a ti también, deja de engañarte. Clac, clac, clac, sueldo fijo, ingresos regulares, ¿qué coño eres? ¿Un demonio?¿Eres un Pope..., un Pope con un gran e indefenso cipote? Sí, no hay quien me gane. Lo mejor de lo mejor, sólo para tus oídos. Con el tiempo que hemos estado hablando, casi podrías estar aquí. ¿Yo? Soy adulto. De hecho, soy el ser más adulto que existe. Tan adulto que... ¿A las cuatro? Pero si son las doce. Me volveré loco, orinaré por las paredes, me masturbaré y luego no... Ya sabes: semen, sangre, vómitos... Bloody Mary casero... Nada hija, cuelga. Haz el bien. Sí, claro, por nosotros. No quiero hablar de eso ahora, creo que voy a ponerme a trepar. Bah, no te preocupes por mí, era un farol. Sólo quería un poco de tensión, me aburro mucho si no te oigo por aquí. Sí, sabes que sí. So do i. Ciao bella. Ciao.

jueves, 21 de agosto de 2008

Fields

http://cache.pando.com/soapservices/Package/package.
pando?id=4EB73461EF547C48543C7D1C1D175D348939
A747&key=CF0676BC7A0CC6C6965DE7673249A87674
DF81D31968FE573FEA916915FF73BE&tt=S2W&embed
Id=04F5A376995B1E777B0A3FB344D55A16

Aquí dejo una pequeña muestra de mi talento musical - no profesional, of course - Para entendidos, decir que está grabado a través de un Jamlab y mezclado con Nero Wave Editor, lo que significa que he sudado abundantemente para conseguirlo. La escucha es obligatoria en .wav, ya que comprimido pierde magia (si es que alguna vez la tuvo).

P.S: se precisa Pando

sábado, 9 de agosto de 2008

Un sueño

Y, aunque era demasiado tarde como para estar jugando en la calle, entre el amasijo conformado por una escultura con base irregular podían ser contemplados los pasos de un baile entre varios cuerpos que, sobre sus cabezas, veían alzarse gruesas vigas de metal; cualquiera que hubiera pasado por allí habría sentido, al menos, un cierto temor. Las alturas de los miembros del grupo, heterogéneas entre sí, se adaptaban hábilmente a los recovecos de la estructura, con agilidad de atleta. La escena recordaba a una de aquellas celebraciones paganas de la antigüedad, cuando los dioses, como tales, aún existían, admirados y respetados. Aquí no había brujas, ni druidas. Lo que en este caso parecía desafiar a la noche era una familia. Los distintos elementos que conformaban la escena, no obstante, quedaban diluidos entre la luz, tenue y amarillenta, que proyectaban algunas farolas.

Los fogonazos empezarían al instante. Rostros desfigurados campaban, gozosos, embriagados, chocando contra el suelo de manera brusca. La escena era ciertamente esperanzadora. Mi primera impresión destapó unos estallidos producidos por un flash; , fugitivos, secos, fugaces. Parecía la única posibilidad admisible. Agarrados por los hombros y la cintura, parecían sonreír a la cámara mientras efectuaban reverencias. Era uno el que disparaba. Los más pequeños, escabulléndose entre los hierros, parecían pasarlo bien.

Mi error consistió en abrir la ventana. Según se separaba de la junta, los aullidos se iban haciendo cada vez más presentes, más profundos. No pude evitar que terminara topando con la pared, rebotando contra ella. El golpe había conseguido causar un pequeño surco y los gritos, ocupar la totalidad de la habitación. ¿Estaba siendo el único espectador? El dolor se apoderaba de los miembros del grupo, que gemían. Algunos, cuyos cuerpos yacían, escandalizaban y alimentaban el horror de los otros, que intentaban burlar la muerte apoyadándose sobre alguna sus rodillas. Para la mayoría era inútil. Los dos niños fueron los siguientes. Luego, otro disparo. De golpe, el silencio se adueñó de la escena. Mi pecho temblaba, doliente, como cruzado por una aguja de hielo; podía notar su corriente, fría, atravesando mis gemelos. Ligeramente sobresaltado, comprobé el indicador del aire acondicionado, que mostraba una temperatura demasiado baja. Decidí tomar el mando y apagar el aparato; miré el reloj: eran las cinco, aún me quedaban dos horas. No me costó mucho volver a dormirme.

viernes, 8 de agosto de 2008

Mutaciones: Beijing 2008, Georgia y Osetia del Sur y Cahiers du Cinéma

Se preguntarán: "¿Qué relación guardan los distintos elementos componentes del título?" Reconozco no haber presenciado la totalidad de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos. Sin embargo, sí he tenido la oportunidad de vislumbrar un cierto regusto a patriotismo y muerte en las imágenes seleccionadas por la cadena Euronews con el fin de mostrar al mundo un resumen representativo del evento. En primer lugar, la celebración o evento, llámenlo como prefieran, ha demostrado ser un alarde pirotéctico sin igual. A este espectáculo del fuego se nos unen las tradiciones, supersticiones y esperanzas chinas con todo su esplendor, desde el más antiguo dragón hasta los ultramodernas terminales informativas capaces de indicar, al tiempo que dan la bienvenida en varios idiomas - según su procedencia -, e indican la ruta que los recién llegados deben seguir para poder alcanzar su destino, evitando así complicaciones. Del mismo modo, la logística, el control y la coordinación del evento, así como la coordinación de todos los agentes implicados, nos vuelve estupefactos ante la perfección y dominio aparente de la organización. El escenario, es decir, allí donde los atletas desenfundarán sus habilidades y técnicas; allí donde en algunos casos (la minoría, por cierto) el esfuerzo, la perseverancia y el sacrificio, unido al sentimiento de pertenencia y al "subidón" de poder encumbrar o mantener en la gloria -según- algo tan familiar como su país hace mella en la mente del espectador y en el alma del atleta, que podrá compartir con sus seres más allegados el triunfo sobre el Bien y del Mal. Es la fiesta en estado puro y los auténticos protagonistas, en este caso, si son buenos y han trabajado durante el año - han sido constantes - reciben la calificación de divinidades - hay grados -, entrando en el amplio repertorio histórico que ellos, en ese instante, ni siquiera son capaces de intuir.

Cháchara. Lo que realmente he visto ha sido el enorme poder de una máquina tan inmensa y potente como la China. Aupada por miles de voluntarios - según la organización, elegidos entre millones - la Olimpiada se alza como baluarte del nuevo - ¿nuevo? - escenario geo-estratégico y político mundial. China, el gigante cuyas macromagnitudes crecen vertiginosamente a ritmo de dos décimas y a diferencia del resto del mundo, salvo el resto de los BRIC y algunos países de América Latina. Europa y estados Unidos con el agua al cuello. En Italia se habla de recesión - teórica - .China, en cambio, organiza, crea, destruye; levanta su imperio gracias a la participación del resto de las potencias. Todo en uno; la humanidad, Una, entre las invisibles paredes de la Villa Olímpica, Grande y Libre (?). El orgullo es condicio sine qua non para el sostenimiento del verdadero estandarte del pueblo chino - la Nación - y el sufrimiento, el ceder, el dolor, queda mejor reflejado y de una manera mucho más positiva en las distintas corrientes filosóficas que envuelven el modo de pensar chino - no podía ser de otra manera teniendo en cuenta la historia y el pasado del pueblo chino -.

China está viviendo una tremenda revolución y el Partido, ominipresente pero no omnipotente, dirige el curso del país aprovechando sus ventajas competitivas. De momento, las cosas no les van mal. Si no fuera por esos molestos activistas pro-derechos humanos, esos artistas del sinsentido y la desobediencia civil; esos que protestan por temas cuya profundidad e influencia desconocen y se hinchan a revolotear pancartas con la bandera tibetana y a exhibir "panfletillos" en los que aparecen los aros olímpicos representados como una serie de manillas unidas, ensartados con mentiras de todo tipo con el fin de desprestigiar la imagen de China - se ha catalogado a estos individuos como enemigos de China -.

Son las cuatro de la tarde en España y en la calle Arturo Soria un grupo de personas, ataviadas a la manera occidental, porta bolsas con avioncitos de papel. Cada uno de estos avioncitos es portador de un mensaje. El grupo de personas está dispuesto para la acción; el objetivo es muy simple: hacer volar los avioncitos de papel por encima del muro y la valla que protege la entrada de la embajada china en Madrid, haciendo que éstos lleguen a las instancias interiores de la casa diplomática. La operación se desenvuelve con total tranquilidad; de hecho, agosto es un mes muy "tranqui" para la capital. Tras hora y media de reivindicaciones, lanzamientos y cánticos, el grupo decide abandonar la escena. La jornada ha sido estimulante y muchos de ellos recuperan fuerzas en una cafetería cercana mientras disfrutan de un zumo, unos; una cerveza, otros. A las siete de la tarde, Marisa, casi a punto de terminar su jornada, encuentra la entrada de la embajada repleta de aviones de color rojo. Marisa desconoce qué ha podido ocasionar la avalancha de avioncitos. Para Marisa, trabajadora de una empresa de limpieza, esos avioncitos sólo suponen una cosa: más trabajo. Marisa mira el reloj y comprueba que su jornada ha concluido. Aun así, puesto que el suyo ha sido el último de los turnos de la jornada, es responsabilidad suya que la embajada amanezca cubierta por una marea roja de avioncitos de papel. A Marisa no le queda más remedio que recogerlos y del bolso, saca unas bolsas de basura que había tomado prestadas como protesta personal ante la explotación de la que era víctima."Marisa, tú lo que eres es tonta", se dice. Aun así, a las siete y media ya no queda ni un avioncito; han sido depositados en un contenedor, del cual serán transportados a una planta de reciclaje, donde los transformarán en pulpa y decolorarán, permitiendo de esta manera que esa materia húmeda, una vez haya pasado una serie de procesos adicionales, sea quizá vendida, como cuaderno de calidad inferior, en uno de los miles de establecimientos chinos de horrores y demás baratijas.

El espectáculo sobrecoge a miles de chinos que, entremezclados con individuos de distinta nacionalidad, asisten en la Plaza de Tian´anmen -Plaza de la Puerta de la Paz Celestial - para vivir el momento. Contemplan embobados el evento en pantallas gigantes a la vez que lo siguen a través de sus teléfonos móviles. Resulta imposible perder detalle. Todo está radiado, filmado, emitido; la precisión de la percepción es casi total, casi exacta. Al menos, así lo ven algunos. Otros, algunos europeíllos reacios a los eventos masivos, pesimistas empobrecidos por la sociedad y sus canales de consumo, cuyos vínculos se han limitado a la distancia que los separa de los centros comerciales, más preocupados por el terreno que ocupan y pisan que por desarrollar una verdadera actitud crítica, incapacitados para comprender, siempre dispuestos a criticar, a señalar... En fin, unos hartos de sopa, conservan algunas dudas. Las escenas, indiscutiblemente impresionantes que suceden en el interior del recinto hacen justicia al frenesí exterior. China es una fiesta y quiere que el mundo sea consciente. China es masiva, China es global. China es moderna, Shangai es moderna; hasta los rasgos de los Guerreros de Xian son modernos y admirados. El sentimiento chino se ha unido; casi la totalidad de las nacionalidades así lo ven. Las revueltas de 1751, el Imperio, la República, Mao contra Chiang Kai-Chek, el norte del Amur; todo cobra pleno sentido en un momento como este. La orgía; el éxtasis corre por las mentes de los chinos de todo el mundo; la sangre vuelve a brotar, azuza los corazones. Hoy es un día grande, histórico; hoy es día ocho.

Decimos que algo es invisible cuando no puede ser visto. También catalogamos algo como invisible si rehuye ser visto. Existe una cierta enfermedad, común a la comunidad global y consecuencia de la extrema celeridad del movimiento que es la ceguera. El tema está tratado por varios autores,p.ej: Deleuze o Saramago. Incapaz de encaramarme hacia niveles tan elevados - necesitaría tiempo, algo de lo que actualmente no dispongo - sí creo poder esbozar, aunque probablemente ya lo hayan hecho , una serie de pensamientos referentes al tema.

La ceremonia ofrecida por las autoridades Chinas, con el magnánimo discurso del actual presidente Hu Jintao, ofrece, junto con su circunstancia, alguna de las claves para comprender muchas de las contradicciones que nos ha tocado vivir. Alguna de las características del fascismo, claramente simplificadoras, podemos extraerlas de un libro de Historia Contemporánea destinado a estudiantes de Bachillerato. Cito de memoria: "Movilización de concentraciones masivas";"uso del sistema de Partido Único"; "lograr una transformación mediante la creación de un Estado nuevo";" incumplimiento de las condiciones necesarias para el desarrollo y respeto de los Derecho Humanos". Así mismo, las condiciones para el surgimiento de un estado fascista no son más esperanzadoras: "poderosos movimientos proletarios de izquierdas; resentimiento nacionalista;masas de ciudadanos frustrados, etc."

La prostitución en China es un tema tabú. Del mimo modo, el fin con que son obsequiadas muchas niñas nos escandaliza a nosotros. El infanticidio femenino no es algo exclusivo de China. En la India, o en Pakistán, no es extraño encontrar casos de esta lacra.No son los únicos lugares donde lo encontramos generalizado. No es el objetivo de este escrito mostrar la execrabilidad de tales crímenes; la perspectiva está más orientada hacia la sociología. El hecho de que se prefieran hombres a mujeres tiene una larga historia, digna de un muy amplio e interesante análisis casuístico, da lugar a una serie de consecuencias no deseadas más acordes con el contenido del texto. En China, como en la India, algunos sociólogos advierten de un crecimiento del mercado del sexo. Como todo mercado, este no iba a verse rezagado. El acceso a las fuentes de pornografía en red, aunque vetado y restringido, no puede verse totalmente privado de algún que otro pillo capaz de burlar las barreras. A su vez, la prostitución, fenómeno relativamente reciente en China - como aparición de prostíbulos en determinadas zonas, se entiende - así como el desarrollo de toda la industria del sexo, en todas sus vertientes, ya sean industriales - parafernalia, industria fílmica, etc. - como terciarias -apertura de prostíbulos y sex-shops, publicidad, desarrollo de plataformas y páginas web, etc. - . Los chinos de ciudad, pertenezcan a grandes urbes o a pequeñas poblaciones urbanas, de tipo provincial, tienen hambre y sed. Hambre de sexo, de carne y sed de petróleo y de coches propios. Las jerarquías en China y el prestigio social quedan muy bien definidas bajo el precepto de "tanto tienes, tanto vales".La bicicleta, algo que en europa nos encanta - sí, hay excepciones - es precisamente lo que los chinos no quieren ni ver. Algunas voces advierten del consumo energético de los emergentes. China, a la caza de Estados Unidos, se muestra el oponente más cualificado para desbancar - algunos dicen que en torno a 2035 - al gigante yanqui del primer puesto, y no únicamente en cuanto a consumo energético, que se supone que será antes. La existencia de voces contrarias, que desaniman a los chinos, poco importan. Las Autoridades chinas son quienes controlan qué se emite bajo sus dominios. Un buen ejemplo de esto han sido las protestas Tibetanas y la represión militar china recientemente ocurridas - sí, aunque jodida, la memoria aún persiste, y es más accesible que nunca -.

Los chinos, mientras tanto, y el mundo entero, somatizados por las explosiones y la magnificencia ceremonial. Es sin duda, una lástima, que nuestra memoria sea tan frágil. Si mal no recuerdo, Sontag escribió un ensayo titulado Ante el dolor de los demás. Sontag, una mujer valiente y extremadamente culta, recupera el horror de los conflictos bélicos más recientes - Irak 1, Chechenia, Rwanda, Bosnia, etc. - y logra esgrimir una realidad ardua, dura y no muy optimista. Tras los medios de comunicación el espectador se sitúa ante una barrera que, del mismo modo que protege, ataca su moral. A miles de kilómetros de distancia, con unas preocupaciones cotidianas y propias, es difícil ponerse en el papel de las víctimas. Así llega la pregunta, obvia, debido a la contradicción. ¿Qué le pasa al mundo?

La guerra como espectáculo ha dejado de tener el aliciente que tenían las primeras guerras retransmitidas por televisión - Primera Guerra del Golfo, por ejemplo - y la realidad que no está en guerra salvo consigo misma, como la nuestra, encuentra en su vacío el relleno suficiente como para colmar su existencia.Cierto que ahora disponemos de soportes más sofisticados, que nos permiten disfrutar de la tecnología hasta sus últimas posibilidades y consecuencias. Brian de Palma, Haneke y Cahiers du Cinéma lo saben. Medvédev también es consciente de ello. Es una época difícil; el mercado domina, no todo lo bueno llega y algunos "mutantes" ven cómo, sumergiéndose aún más en si mismos, no consiguen lograr abrir el camino hacia una nueva estética de principios de milenio. Quizá sean los fuegos artificiales de la celebración china los que oculten la imagen de las nueva realidad; quizá existan diversas realidades. Lo que está claro es que las Relaciones Públicas y la imagen han ganado la batalla. La guerra,como los negocios, se desarrolla en espacios privados, como despachos, estancias de hotel o restaurantes. Es ese ese espectador, incapaz de acceder a la realidad, a lo que el mundo le esconde, quien sufre y se deprime; es quien busca sentido en foros de opinión, en publicaciones; el mismo que busca amor en páginas y películas porno; el mismo que un día, sin venir a cuento decide desaparecer puesto que no cree dejar nada tras de sí, buscando quizá algo que consiga reanimarlo; alguien que vaga entre estaciones de Metro taponando sus oídos con música de Madonna o de Penderecki en formato mp3.

Muchas de las acciones que Rusia desempeña como agente global logran desencantar aún más a la opinión pública internacional; algo así como lo de los hermanos Castro en Cuba o la pantomima Zimbabwense. Georgia, fuente de conflictos, por mucha comunión religiosa y Revolución Rosa, está tocada, al igual que la zona de los Balcanes. Las incesantes guerras y negociaciones abren cada vez más las heridas de una región - hablamos de varios países - alejada de la mano de Dios. Los recientes conflictos con Osetia del Sur, a los que Rusia, amparada en su Constitución, una vez más ha tendido su mano, no demuestran sino la inestabilidad de unos pacientes más centrados en el dolor que en la sanación. El conflicto superior, más allá de las rivalidades de particulares que a nadie importan salvo a sí mismos - algo así pasó en la Guerra de los Balcanes y servirá para comprobar si la Comunidad Internacional aprendió algo de la sangría, aparte de a perseguir criminales de guerra - se centra en las súper-potencias. Osetia del Sur supone un enclave estratégico para muchas de las rutas energéticas de la Gran Madre Rusia. De la misma manera, tampoco podemos decir que la Guerra Fría se haya olvidado a principios del Nuevo Siglo. La amenaza vuelve a estar presente y tras un período de calma se vuelven a oler viejos aromas que nos recuerdan a experiencias pasadas.

La vida como ciclo o la amenaza invisible de lo política y comercialmente correcto invade nuestras conciencias mientras contemplamos alguna que otra hazaña deportiva - y por tanto, humana - en la gran pantalla en la que hemos transformado el mundo. Un evento sin igual, sin duda; un producto mediático sin parangón el que nos ofrecen cada día, en cinco ocasiones, las principales cadenas. Sólo falta que un día Matías apareciese travestido en las noticias de la noche; seguro que alguno lo tomaría como ofensa personal. Como dice mi madre: tontos, hijo, los ha habido siempre.

lunes, 4 de agosto de 2008

Corbata de rayas y cristales pequeños,
una montura angulosa;
hoy he visto la maldad en la cara de un perro.

Presa del amo,
sujeto,
he sentido el hastío en los ojos de un perro.

La cuerda, Imperio,
sostiene la danza
de derecha a izquierda,
de la izquierda al centro.

Huele la rabia en las fauces del perro.

¿Qué son las ninfas,
sino el reflejo de bajezas sin techo?
¿Qué es el instante para comprender lo eterno?
Hoy, sin duda, la pena camina a lomos de perro.

Sí,
no miento al decir que que el hombre,
viejo, oculto, tras su velo plomizo,
desdeñó el alma,
arrojándola al fuego.

Piedad, Fe, Amor y Santa Sofía;
ensartadas, las cuatro, en un mismo metal.
La llave, en cambio, se empeñó en el camino.
Ahora, vemos arena,
llanura y desierto;
cae la noche sobre el pelo del perro.

sábado, 2 de agosto de 2008

El niño, el bombón y el aniversario

Es sábado y como de costumbre, Juan se levanta temprano para ver los dibujos. Demasiado excitado y ensimismado, ligeramente somnoliento, no es consciente de que en un día como ese, hace veinticinco años, sus padres decidieron darse el sí definitivo ante el altar de Nuestra Señora de la Virtud. Juan sólo cuenta ocho añitos; Juan es feliz delante de la tele. Sin apenas percibirlo, mecánicamente, Juan acerca la cuchara al bol, la llena de crispies y la lleva a la bocota. El proceso lo tiene muy estudiado, por lo que apenas consigue distraerlo de las imágenes. Un perro, disfrazado tras un antifaz, lucha contra una masa viscosa y verde, una especie de mucosidad espacial maligna. El perro, atrapado entre la gelatina, decide hacer uso de un secador de pelo. Poco a poco, la masa se va endureciendo, lo que le permite romperla en mil pedazos, zafarse de ella y derrotar al mal, logrando el consecuente reconocimiento popular. "¡Es Súper Perro, el héroe de nuestra comunidad!" El episodio termina con un Súper Perro alabado por unos ciudadanos con caras de idiota, sonrientes y eternamente agradecidos que lo recompensan con una linda perrita llamada Lulú. Súper Perro guiña un ojo y venga anuncios.

Deshipnotizado, Juan consigue terminar su desayuno y engulle, trago tras trago, el denso líquido chocolateado en que se ha convertido su leche. "¡Mami, ya!" Mami acude a recoger el bol, manchado y vacío, de su hijo Juan. "Muy bien Juan. Ahora, a lavarse los dientes" Juan lo hace, a la vez que presta atención a los sonidos del televisor. "Lava más, lava mejor"; Juan frota. "Ahora, un cincuenta por ciento más, gratis"; Juan escupe. "Cofidis les ofrece este programa"; Juan se enjuaga y sale pitando hacia el cuarto de estar. "Juan, vístete que dentro de poco llegará tu padre y nos tenemos que ir a comer". Juan sólo es para su propio deseo; Juan no necesita comer, está sobrealimentado; Juan quiere que el soldado Stray, líder de la división blanca, derrote a esos malditos terroristas que han secuestrado a algunos de sus compatriotas. ¡Ánimo soldado Stray, toda España está contigo! La madre de Juan, levantando la vista de la plancha, ve cómo su hijo sigue como un bobo la sucesión de imágenes. "Juan, no hagas que lo repita; vístete, que va a llegar tu padre y como no estés vestido se va a enfadar" Juan responde: "Voy, un momento". ¡Oh no, parece ser que los terroristas les han tendido una emboscada. "Oh sí, gracias a Alá ya eres mío. Rezaba por este momento, soldado Stray. " Los malos ríen abiertamente, dejando ver unos rostros terroríficos. El soldado Stray está perdido, mira en todas direcciones pero su cara sólo refleja pesar. ¿Qué ha fallado?, piensa el soldado, mientras en la pantalla resalta un to be continued de chillones colores entre tanta oscuridad.

Diez minutos después llega el padre de Juan; Juan Antonio. En una de sus manos porta un ramo de flores; con la otra, apenas es capaz de disimular una caja de bombones. Su mujer se muestra sorprendida. Tras la tabla, recoge el ramo afectuosamente. Lee la tarjeta que incorpora. "No, Juan Antonio, gracias a ti". Como bocas prudentes que son, su separación no tarda en llegar y de forma brusca, saludan al pequeño Juan que observa, ligeramente avergonzado, la escena desde el final del pasillo."¡Qué pasa campeón, qué guapo estás!" "¡Así me gustan los hombres, arreglados! ¿T`as echao colonia?" Aturdido ante tanto entusiasmo, a Juan sólo se le ocurre preguntar : "¿Qué llevas en la otra mano?"El padre, indefenso, palidece. "¿Esto? Bueno, sólo era una pequeña sorpresa...". Los ojos de la madre, al ver el paquete, se abren de ilusión. "Ay Juan Antonio, no hacía falta..." "¿Has visto cómo le gustan a tu madre los bombones?; cuando te cases, hazlo con una a la que le gusten los bombones". Las mejillas de la madre de Juan enrojecen. El interior de Juan, a su vez, también lo hace. Reinen el amor y la paz en nuestros hogares.

¿Me puedo comer uno?, pregunta Juan. "¡Claro hombre, pa´ eso están!", aunque la madre no lo ve con buenos ojos. Al recibirlo, Juan lo observa detenidamente; su forma de seno y el hecho de estar envuelto con un fino papel dorado parecen sumir a Juan en una especie de trance. Admirado, Juan recorre milímetro a milímetro la superficie del dulce. Observa los pliegues que forma el papel, redescubre cómo ha sido envuelto, reconstruyendo la totalidad del proceso de elaboración. La magia que alberga ese bombón sólo es perceptible para aquél muchacho que, sin darse cuenta, ha comenzado a rasgar con una uña el envoltorio, dejando ver el oscuro cuerpo que éste tapaba. "Es fascinante", piensa Juan, centrando su atención en la belleza del contraste entre el dorado y el chocolate. Los padres, extrañados, guardan un silencio sepulcral. El instante , que parecía haber podido pasar como mera anécdota, ha adquirido un carácter sagrado, casi místico. Juan está atónito, boquiabierto, sobrecogido por lo que sus manos sostienen. La madre, asustada, pregunta: "Juan, hijo, ¿estás bien?". Juan no contesta; Juan no quiere contestar, sólo quiere penetrar la falla, perderse entre la inmensidad. "¿Juan?; ¡Juan!". Los ojos de juan se han alzado y dirigidos hacia la madre, se detienen a la altura de los labios. Levantando la mirada un poco más, sobre sus ojos, pregunta: mami, ¿por qué eres tan infeliz?. Acto seguido, el contenido de una de las cacerolas rebasa su borde. La presión ha logrado que el líquido, cauto, haya silenciado uno de los fuegos. La cocina empieza oler a gas. Ha llegado el momento; a alguien le toca cerrar la llave de paso.

miércoles, 30 de julio de 2008

Relato sociopsicológico - ficticio a raíz del anuncio de Ausonia

"¿Pero cómo no me voy a reír?" Filete, el adolescente atento y despectivo que mira atónito a la madre, finge dudar de su inteligencia o juicio. Decide intentar humillar un poco más a la que, en teoría, debería velar por sus intereses hasta que alcance su mayoría de edad. Pronuncia la sentencia : "¡Es una fiesta!. La frase, aun expedida sin esputos, logra su percepción por parte del espectador, que apela a su conciencia. El carácter sagrado de ésta, apenas perceptible, permite a uno de los responsables de la campaña decir : "Sí, una imperfección; algún defecto en el habla; ella, por el contrario, locuaz, siempre pertinente; una madre sabia y afectiva. Que se note su lado femenino, que nada quede oculto" La seguridad mostrada por la figura femenina del anuncio está clara pero la naturaleza indecisa del muchacho, esa aversión al riesgo, al fracaso; el temor por ser rechazado nos conmueve. En el largo camino que debe afrontar, los escollos se suceden uno tras otro y cada prueba, obstáculo, peldaño, barrera, etc. sorteada supone un pequeño bonus en la autoestima de un chaval que, probablemente, termine como futuro directivo de alguna multinacional del sector terciario. Hasta aquí el contenido básico del anuncio; joven inseguro se enfrenta a mujer triunfante; seca y segura. Gana la experiencia.

Descorchado el champán, el joven , que no posee un medio de locomoción propio aparte de sus piernas, cuya utilidad se ve minada por la posible reprimenda por parte de la autoridad más próxima - es decir, su madre - se enfrenta a la fiesta de la única manera posible para un joven de su edad - intuyo una franja entre los 14 y los 16 años, algo en absoluto casual -.

Pequeña acotación a modo de reflexión: "¿Qué joven dentro esa franja permitiría que su madre lo llevara en coche hasta un lugar cercano a la celebración de la fiesta, posiblemente en la cercanías de la puerta del local o casa donde se vaya celebrar, viéndose obligado a ser recogido posteriormente por una madre sobre-protectora y pesada que lo único que pretende es que Querubín no cometa errores en su iniciación sexual? Podemos imaginar la conversación previa, en casa : "No, te llevo yo y no hay más que hablar" "Jo, Mamá, ¿Por qué no puedo ir con Fulanito y Menganito en Metro? A ellos les dejan" "Tú eres mi hijo y me da igual lo que otros permitan hacer a los suyos. Además, me quedo más tranquila" Chantaje a escena. Razonamiento inductivo: mi madre se preocupa por mí, hasta incluso cuando no estoy. Mi madre siempre estará disponible para mí; en parte, soy el dueño de de mi madre; para ella es mejor; ella es mujer" El hijo, finalmente, tras la pelotera, accede de forma casi inconsciente. Las mujeres ganan la batalla. ¡Yuju!

El camino hasta la casa va acompañado de un silencio tenso; la diferencia de edad y sus consecuencias pueden olerse a través de las pequeñas rendijas del coche. La noche es tranquila y una bonita luna llena - habría sido un detalle poner un plano en el anuncio - decora la estampa. Confrontados, pero felices. ¡Es natural! Madre e hijo se despiden. Filete no puede evitar girar la cabeza hacia su madre, que dentro del coche espera a ver cómo su hijo se adentra en el portal. Ella saluda y se despide sin pudor, todo ternura; él, ligeramente turbado por su negación, aunque satisfecho, esgrime un gesto con su brazo derecho, dibujando un adiós muy tímido en la densa masa de aire que lo rodea. En el fondo, aún quiere a su mamá.

Dos vidas, dos realidades, dos destinos distintos. Por un lado: mujer, adulta, unos treinta y cinco años, complexión delgada, diábolo. Hace tiempo que se separó de su marido. Se considera una mujer independiente, trabajadora; valiente, ligeramente romántica; capaz de cuidar de su hijo y orgullosa de la educación que le ha proporcionado. Por otro, Raúl, alias Filete, varón, adolescente, cuerpo atlético; buen estudiante y deportista; ligero acné incipiente, nada grave. Depende de sus padres pero están bien situados; ambos profesionales valorados en su trabajo, buenos sueldos.

Mujer adulta ha encontrado en Raúl un apoyo, un motivo. Raúl, aunque le cueste reconocerlo, admira a su madre. Buena pareja, sí señor; mejor ahora, que no están juntos. Raúl podrá dedicarse a saltar vallas y a aprender; mientras, su madre, reclinada en sofá de color crema, releerá algún pasaje de Milán Kundera.

La música logra que las paredes de los cráneos reunidos en la sala retumben. Esta sensación, que en caso de estar solo podría resultar perjudicial, es apenas imperceptible para los jóvenes, que la aprovechan para embrutecer su razón y desintimidarse ante la posibilidad de resultar lapidados por la vergüenza. El azúcar y la sal también cumplen su función; si no fuera porque las fiestas entre adolescentes suelen presentar este cariz, el turista inexperto, al contemplar el fenómeno, pensaría que son seres representando una especie de ritual, el cual aderezan con las sustancias que el entorno les facilita. Éstos se reúnen, se agrupan, conversan; la mayoría lucha por mantener su posición pero siempre hay algún caso que destaca frente a los otros miembros. Este no es el caso de Filete. Filete es muy mono y un sol, pero no destaca. Además, la necesidad y vanidad del entorno de Filete ha conseguido envilecer su rostro. De "joven ejemplo" a pasado a un segundo plano, y Filete, temeroso, renquea. A dos metros se encuentra Bea. Hace unos años, Bea sentía atracción por Raúl - aún no era Filete -. En unas vacaciones, Bea conoció a José Luis. José Luis, cinco años mayor, de una manera u otra, soportaba las impertinencias de Bea. Cierto que el primer año Bea se mostraba infantil. Aún impúber, Bea reconoció lo que, según sus primeras impresiones, debía de ser el amor. Filete únicamente se había dedicado a practicar deporte y a estudiar; en cierto modo, su idea sobre Bea lo amedrentaba. El observador habría percibido una gran diferencia ente los sujetos Filete y Bea, aunque pertenecieran a la misma clase.

"¿Cómo le irá Raúl?" El pensamiento, como una corriente de aire frío, desvía la atención de la madre. Suena el teléfono; es el padre de Raúl. Discuten sobre la custodia, se gritan, llevan poco tiempo divorciados y las cosas están un poco tensas. Cuando termina la conversación, el teléfono cae sobre la alfombra. Las manos no pueden contener las lágrimas de la mujer que no puede evitar arañarse la frente con una de sus uñas. "¿Cuándo va a terminar esto?" Esa pregunta la efectúan a la vez madre e hijo, aunque con propósitos bien distintos. Bea conversa con Llanes, el ligón del cole. Llanes, cuyo nombre nadie recuerda, es un crápula, capaz de cualquier cosa por llevar a una chica al sofá. Llanes sólo piensa en sí mismo y en su puro placer; Llanes no conversa, Llanes únicamente finge. ¿Por qué con Llanes, por qué precisamente con Llanes? Filete es consciente de que tiene poco que hacer frente a tal institución de la seducción. Llanes sabe mover las fichas, Filete, el hombre, sólo ve cómo las ordena. "Te toco aquí, me río así; tú te acaricias el pelo, así, muy bien;ahora te ríes de esta manera..." Filete contempla la escena como si de una tuneladora se tratara, una labor perfectamente estudiada y supervisada. Filete percibe lo predecible y aburrido que puede llegar a ser el flirteo. A su vez, es consciente de que Llanes únicamente actúa de forma sistemática, mecánica; sabe que a él la seducción no es más que una labor tediosa que, bien ejecutada, otorgará sus frutos. En cierto modo, Llanes no es más que un señorito que espera a la sombra tomando un fino las horas menos calurosas del día para acudir a los olivos, saludar a la cuadrilla y maravillarse de lo magníficos que resultan los olivos que él y otros como él explotan sin prestar atención alguna a la belleza que proyectan. "Pobres", piensa Filete, aunque no puede evitar envidiar el método. Lo eterno, sin duda, no cabe en un frasco de cristal.